La ruta empieza justo en el centro  de La Jonquera. Allí podemos aparcar el coche sin ningún problema.

Seguimos las indicaciones del itinerario  Pirinexus para dejar atrás la población y subimos hacia las casas de Canadal, donde encontraremos los alcornoques que ya no nos dejarán en casi todo el recorrido.

Destacar que durante los primeros kilómetros recorremos por una zona muy conocida por los Dolmens. Monumentos característicos de estos lugares, junto con los campos de viñedo.

Dejamos la pista principal para ir dirección Cantallops y subir hacia el Castillo de Requesens. Después de una fuerte subida, la pista irá serpenteando por una vertiente muy aérea con unas magníficas panorámicas hacia las llanuras del Alt Empordà.

Visita recomendada al castillo (Fortaleza ornamentada de estilo medieval reconstruida en el siglo XIX), y después al horno de Cal donde encontraremos un refugio libre que lleva el mismo nombre.

Abandonamos la zona más alta para ir bajando hacia lo que será un sube-baja. En el km 30 tomaremos una pista asfaltada a la izquierda que nos llevaría al Coll de Banyuls, paso fronterizo muy concurrido en el exilio de los republicanos catalanes durante la guerra civil. Pasados 5km dejaremos la carretera a la altura del Mas Pils. Aquí nos entramos en el Parque Natural de la Albera y comienza una corta, pero dura, subida hasta el collado de Playa. Desde aquí, podremos ver dónde comienzan los Pirineos y, a los pies la Albera. Una breve bajada nos conducirá al monumental conjunto románico de Sant Quirze de Colera. Aquí la pista pasa a ser asfalto hasta Vilamaniscle. Viñas, masías, dólmenes y masías abandonadas llenarán este tramo recóndito y desconocido del Alt Empordà. No se pierda la ermita románica de San Silvestre de Valleta a su derecha.

Seguiremos por una pista en descenso hasta llegar al pequeño núcleo de Valleta, donde tomaremos la N-260 en dirección sur para tomar unos 800m y girar a la izquierda. Una subida corta pero intensa nos conducirá al qm3 de la ctra que nos dirigirá al conjunto románico monumental de Sant Pere de Rodes y Santa Helena. El camino acicalado que nos acerca a este lugar no nos dejará indiferentes; el silencio, las vistas, la altura y sentir el mar cerca, es algo que dejaremos que experimentes y saques conclusiones tú.

El Port de la Selva, punto final de este primer día, ya podemos divisarlo, pero no antes sin hacer las curvas de bajada donde no podremos evitar parar para saborear las bonitas vistas que nos brinda esta bajada.

Antes de llegar al Port de la Selva sin embargo, haremos una pista que atravesará la población que da nombre a este pueblo, La Selva de mar. Pueblo pintoresco donde vale la pena cruzarlo despacio para puntear alguna fuente, calle estrecha y casa antigua.

Has llegado a Port de la Selva.